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El negocio de la inversión inmobiliaria en el metaverso

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foto metaverso

Para aquellos rezagados que aún no hayan escuchado este término de moda, el metaverso es un mundo virtual al que nos conectaremos utilizando una serie de dispositivos que nos harán pensar que realmente estamos dentro de él, interactuando con todos sus elementos. El metaverso no busca ser un mundo de fantasía, sino una realidad alternativa.

Son muchas las empresas que han visto en este mundo virtual una oportunidad de ver crecer su negocio, utilizando para ello los NFT, un certificado basado en ‘blockchain’ que garantiza su autenticidad y propiedad, y pagando en diversas criptomonedas.

El mercado más directo es el del entretenimiento en su concepción más amplio, pero otros como el de la formación y educación, la moda, el turismo, el deporte, el ‘blockchain’ o el de desarrollo de software, entre otros, albergarán grandes opciones de negocio.

Y el mundo de la inversión inmobiliaria no iba a quedarse atrás. El sector inmobiliario, sobre todo el residencial, demuestra un gran interés en ocupar el espacio virtual, adquiriendo cada vez más propiedades digitales. En 2021, las compraventas en el mundo virtual alcanzaron los 500 millones de dólares (unos 475 millones de euros), según ha informado CNBC con datos de MetaMetrics Solution.

En la actualidad, Decentraland es posiblemente el metaverso moderno más conocido, ya que incentiva a una red global de usuarios a comprar y vender bienes inmuebles digitales, explorar, interactuar y jugar. Dentro de ese metaverso existe Genesis City, una ciudad creada para que los usuarios generen sus avatares y se paseen por ella, por sus comercios y también por sus eventos e, incluso, que se relacionen entre ellos.

Esta ciudad virtual, que algunos comparan por su extensión con Washington DC, tiene 900.000 parcelas y algunas de ellas han sido vendidas por más de 200.000 dólares (unos 190.000 euros) en criptomonedas. Porque, al igual que en la vida real, no es lo mismo estar en una zona ‘prime‘ que en una secundaria o ubicada en la periferia.

Pero, más allá de los proyectos llevados a cabo por grandes grupos económicos u organismos públicos, no deberíamos perder de vista el hecho de que cualquier inversión privada en el metaverso es una apuesta arriesgada, ya que se necesitan grandes cantidades de criptomonedas y resulta muy caro diversificar las inversiones en múltiples plataformas, con la esperanza de adivinar cuál de ellas se establecerá como el estándar.

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